Vestida de negro y sin lograr contener el desconsuelo que le provoca la muerte de su esposo, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, habló anoche cinco minutos por cadena nacional para agradecer las muestras de afecto que recibió Néstor Kirchner en todo el país. "Es un día más de gestión, pero evidentemente un día diferente en mi vida", empezó diciendo la jefa de Estado, en la Casa Rosada. "Como todos saben, cambió en forma definitiva mi vida. Este momento no es difícil; es otra cosa: es mi momento más doloroso", expresó.

"He tenido en mi vida política y en mi gobierno muchísimas dificultades y adversidades, pero el dolor es otra cosa; es el dolor más grande de mi vida; es la pérdida de mi compañero de 35 años de vida, de lucha, de ideales. Y una parte de mí se fue con él y está con él en Río Gallegos", dijo, en alusión a la tierra donde nació y bajo las que Kirchner descansa desde el viernes.

"No es un momento de utilizar la cadena nacional para terapia emocional, sino para agradecer", dijo y añadió: "agradecer a todos y a todas; a los hombres y mujeres que se movilizaron, que quisieron verlo, que quisieron despedirlo, que rezaron por él, que lloraron por él, que no pudieron llegar pero se reunieron en otros lugares".

Relató que desde todo el país le llegaron rosarios -"los tengo colgados a todos en mi casa de Río Gallegos", comentó-, flores, cartas y camisetas de Racing, el equipo del que Kirchner era hincha: "las adoraba", dijo. También agradeció las camisetas que le enviaron de otros clubes de fútbol y banderas. "Quiero agradecer mucho esa muestra inmensa de cariño y amor que él se merecía", aseveró Cristina.

La Presidenta remarcó que agradecía en forma especial a los jóvenes: "decenas de miles y miles de jóvenes que cantaron y marcharon con dolor y con alegría, cantando por él y por la Patria. Quiero decirles a todos esos jóvenes que en cada una de esas caras yo vi la cara de él cuando lo conocí", manifestó, muy entristecida, y acotó: "decirles a esos jóvenes que tienen mucho más suerte que él cuando era joven, porque están en un país mejor, que no los abandonó, no los persiguió; al contrario: están en un país que los convocó, que los ama, los necesita, y que vamos a seguir haciendo distinto entre todos".

Sostuvo que el Censo realizado el miércoles pasado -el mismo día en que murió Kirchner- salió muy bien -"parece que somos más de 40 millones"- y dijo que todos han tenido un gran sentido de responsabilidad. Luego, dedicó las últimas palabras a referirse nuevamente a la situación ocasionada por la muerte de su esposo. "Desde este miércoles, además de esta inmensa responsabilidad, que es la de ser Presidenta, siento otra gran responsabilidad: la de hacer honor a su memoria y a su gobierno, que transformó y cambió al país", destacó.

La Presidenta no mencionó nada referido a la situación política, ni se refirió tampoco a cuestiones vinculadas con la gestión, excepto al inicio de la grabación, cuando anunció que iba a recibir las cartas credenciales de los nuevos embajadores, tarea que había efectuado una hora antes de que se reprodujo el mensaje por cadena nacional.

En audiencia pública, recibió las acreditaciones de los embajadores de Azerbaiyán, Países Bajos, Suecia, Irlanda, Canadá, Cuba e Indonesia.